miércoles, 15 de mayo de 2013

Vivir el sueño


 David Bowie compuso esta canción coincidiendo con el vuelo del Apolo 11,  y su llegada a la luna, parece ser que la BBC la usó en su retransmisión lo que la volvió inolvidable para muchos en aquellos días.



Estoy demasiado cansado tras estas semanas de clases, prácticas y todo eso. Pero quería tener 10 minutos para que esta historia quedara archivada en mi blog.

Él es Chris Hadfield, el astronauta canadiense que se ha ganado el corazón de miles o millones de personas, en los últimos meses. Lo ha hecho gracias a su capacidad de interaccionar  con las personas y para mi personalmente, por el amor que siente por lo que hace y cómo lo transmite.

Puedes amar tu trabajo y que sólo tu te enteres, puedes amar lo que haces y que se enteren tus amigos y familiares. Pero existen personas que han cumplido su sueño y aman tanto tanto lo que hacen que necesitan contar a todo el mundo el amor que sienten. No hay sitio para la envidia ni las comparaciones, son sólo emociones y pasión de alguien que nos cuenta lo enamorado que está de lo que hace y el trabajo que seguramente lo ha costado llegar allí.



Mis respetos, y gracias señor Hadfield

domingo, 12 de mayo de 2013

Tú y yo y la Cabaña del Juego Perdido



Tú y yo... conocemos esa tierra
y a menudo hemos estado allí
en los largos días de antaño, los viejos días de la infancia,
Una niña morena de ojos verdes y un niño rubio

Fue por caminos de sueños, luminosos de hogueras, 
en el invierno blanco y helado, 
o en las horas de los crepúsculos azules 
de camas tempranas. 

Cavamos buscando plata con la pala 
junto a brillantes mares interiores, 
y corrimos luego tierra adentro por prados 
somnolientos 
y por un cálido sendero retorcido 
que nunca volvimos a encontrar 
entre los árboles susurrantes. 

sino ligeramente oscuro con la más leve luz,
cuando por vez primera se hizo visible 
la Cabaña del Juego Perdido. 

Era la construcción muy antigua 
blanca y techada de paja de oro 
y horadada de celosías atentas 
que miraban al mar; 
y nuestros propios jardines de infancia 
estaban allí.... nuestros propios nomeolvides, 
margaritas rojas, mastuerzos, mostaza, 
y un nemophilë azul. 

Oh! En todos los bordes guarnecidos de boj 
brotaban las flores preferidas.... el flor 
la espuela de caballero, 
el clavel y la malva real 
bajo un acerolo rojo: 
y todos los senderos estaban llenos de formas, 
de formas vestidas de blanco que jugaban felices, 
y con ellas tú y yo. 

Y algunas tenían regaderas de plata 
y mojaban sus ropas 
o se salpicaban entre ellas: algunas trazaban planos 
de casas, ciudades hermosas 
o viviendas de los árboles; 
y algunas trepaban al techo; 
y arriba canturreaban solitarias 
y algunas bailaban a la ronda 
y tejían coronas de perladas margaritas, 
o cazaban dorados abejorros; 
en las noches adormecidas del verano, 
cuando tú y yo nos perdimos en el Sueño 
y allí nos encontramos.... 
tu pelo negro sobre el camisón blanco 
y el mío rubio enmarañado? 

Erramos tímidos de la mano, 
o retozamos en la arena de las hadas 
y en cubos recogimos perlas y caracolas, 
mientras que alrededor los ruiseñores 
cantaban en los árboles. 

Pero aquí y allá una pareja 
de mejillas rosadas y pelo enmarañado 
debatían extraños asuntos, infantiles y antiguos, 
y entre ellos, nosotros. 
¿Y por qué llegó Mañana 
y con una mano gris nos arrastró; 
y por qué no encontramos nunca la misma 
antigua cabaña o el mágico sendero 
que cruza un mar de plata, 
y esas antiguas costas y jardines hermosos, 
donde están esas cosas que fueron una vez....?

Ni tú ni yo lo sabemos.

(Gracias  J. R. R. Tolkien)

jueves, 9 de mayo de 2013

NuncaMás



Nunca más dijo, nunca más.
Sus alas y sus sueños
Nunca más pensó
Sus manos y sus besos
Nunca más nunca más
Sus deseos y sus huesos
Nunca más nunca más
Le dijo a su cuerpo hueco

Nunca más un pájaro sin sombrero, nunca más un domingo sin babero, nunca más un maestro sin paragüero.  Y lo pensaba y lo decía y a sus palabras las tormentas de Sión respondrían con fuego y flechas.  Y se cansó el pastor de sus ovejas, y el panal de sus abejas.   Se cansó el sol del fuego, y la luna de las Apolo.   Se cansó el oxígeno del hidrógeno y los éxitos de los empollones.   Se cansó el paciente de la enfermedad, Se cansó el cansancio de la fatiga.