miércoles, 20 de marzo de 2013

Caigan del cielo



 Nuestro piloto está mal de la cabeza, piensa...¡ no, siente! Siente diferente. Y dicen que miente de frente, que hablan que cuentan.

"-Dice el poniente, que mientras el cuerpo aguante y haya tragos de aguardiente no haya penas que no cante".

"-No, dice el levante que me pare y que me oriente, que una vida no es bastante pa gastarla tontamente."

Nuestro piloto nos ha llevado sobre toda la zona de artillería anti-aérea enemiga y se ha paseado por la zona toda la noche. Quería ver los fuegos artificiales. Nuestro piloto es el mejor, por eso subimos a su avión, ahora entendemos porqué nadie más quiso hacerlo.

"-Persiguiendo a mi instinto, yo recordé el porqué soñé un mundo distinto y tras el sueño me marché, y ahora me paro y pienso que tengo que volver...pero me duelen el alma y los píes"

Nadie quería subir al avión del mejor piloto, todos le conocían. Todos habían vivido su locura y el miedo a no volver.  Y ahora somos nosotros los que agarrados, lloramos mientras el cielo se ilumina por los disparos y las trazadoras. Nuestro piloto hace que nuestro avión baile inalcanzable. Pero cuando el tiempo tiende a infinito las posibilidades de supervivencia tienden a cero. Y nos golpean, nos alcanzan una  y otra vez, hasta que la muerte es la única idea que hay en nuestro cuerpo. Respiramos miedo, nuestro corazón bombea muerte...

"Junté palabras y las tiré al viento no negaré que fue importante el sentimiento, pero mira a que poco aspiraba el rey del cuento. Sobran razones porque hay muchos argumentos, junté palabras y las eché pa fuera, pocas mentiras te lo juro que me muera. Y quiero dejarte claro perdí un tesoro que solamente primo yo con acordarme lloro".

No negaremos que era macabramente bonito como el fuego y la metrallas  iluminaban las nubes, no negaremos que nos pensamos todos muertos más de una vez y más relajados disfrutamos del espectáculo.  Pero nuestro piloto estaba loco. Y repentinamente le dieron ganas de vivir, y así tuvimos que pasar por sobre todo el campo de batalla hasta que los gritos y el miedo volvieron a llegar a nuestros oídos, ahora nuestro piloto quería vivir, quería esconderse en lo oscuro de la noche, entre gritos y lágrimas

"Y aunque la vida toma y obliga...merecerá la pena vivir."
"Y entre tanto que contaba se me puso el mundo oscuro y me vi soñando versos malgastando mi futuro, ya cansado de buscar la cura del mal del que muero, más que hundido en la amargura, escondido en mi agujero. Y entre tanto fui tan tonto que me olvidé del instinto predicando a cuatro voces que buscaba algo distinto, discutiendo seriamente la patente del invento, describir más que con pelos lo que siento y entretanto no contento con las mías me dediqué a amontonar en mi cabeza tus poesías. Todo lo que se escondía tras de tu filosofía reflejaba tus miserias, las nuestras de cada día. Lástima que entre tanto cejara ese llanto tanto como siento tal como te canto, que pena que el viento no te traiga a aveces conmigo un instante  a mi vera un momento."

Nuestro piloto prometía llevarnos vivos y de una pieza a casa,  pero nosotros ya no éramos los mismos, mirábamos los proyectiles como quien mira las estrellas, los daños en el avión eran cicatrices en nuestras almas.

"Chicos, vamos hay que reparar la hidráulica, los flaps no funcionan, hemos perdido un motor y perdemos potencia en el resto. también estamos sin aerofrenos, vamos hay que retomar el control del avión"

Pero nosotros no queremos recuperar el control, no queremos volver al aeropuerto, queremos volver al cielo estrellado de miedo y fuego. Llévenos de vuelta señor, llévenos a esa vida que parece muerte. a ese cielo que destruye y quema la piel de bello que es.  Queremos quemarnos en su fuego, queremos desaparecer en sus luces, en su lluvia de acero.

"Qué la tierra os sea leve... y lo siento, hay que recuperar el control de avión. Tenemos que seguir viviendo, tenemos que seguir volando. Volar, es lo único que importa."

Pero nosotros ya no le escuchamos el olor y el recuerdo de los colores nunca más abandonaron nuestro recuerdo.  Nadie quería subir a aquel avión, nosotros nunca queríamos bajar.

"Qué baje un rayo y me parta, si digo que no te quiero..."

*Muchas de las frases son sacadas de canciones de hora Zulu,
B-17 going down after severe flak damage. (U.S. Air Force photo)



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