domingo, 13 de noviembre de 2011

"La Blanchisseuse"

Henri De Toulouse-Lautrec La Blanchisseuse



No me preguntes por qué...pero me recuerda a tí, su expresión...puedo ver su expresión casi sin mirarla a los ojos. Enfadada con nada y con todo, con gesto de inevitabilidad, pero con ganas de que todo cambie, mirando al infinito más finito que existe.

El otro día me di cuenta que mi guerra iba por la mitad, y quizás decir mitad sea muy generoso. Que no tenía nada y lo tenía todo. El otro día quité la vista de la cima de la montaña y miré el abismo, ví todo lo que había debajo, por todo lo que había pasado. Sentí por unas horas el dolor, la tristeza y la impotencia. Sentí la decepción, esa decepción que durante tantos años desayunaba y cenaba. Esa negatividad de la que me alimentaba.

Miré el abismo, y sentí dos cosas. La primera es que nunca había estado tan alto, que veía más allá de lo que lo había hecho nunca, la segunda es que si me caía sería tan grande la distancia tan largo el vuelo y tan mortal el golpe... que ni pensarlo pude.


Existen muchos miedos, miedos de todo tipo. Pero este miedo es nuevo, este miedo nunca lo había tenido, es casi inconsciente... y a veces ni depende de mi. He llegado más alto en este último año de lo que jamás lo había hecho, no es vértigo. No es miedo a perder lo que he conseguido... pues realmente, nada de lo que tengo es ciertamente mío.

Es más sencillo, tengo miedo de que el mundo no me espere ahora que giro con él, tengo miedo de volver a quedarme atrás.

Charlie Duke lo describe en este vídeo( minuto 2:00). Cuando volvió de la Luna, tardó años en recuperarse..."¿y ahora...qué?" Hace tiempo, quizás incluso antes de ser consciente de ello, que renuncie a lo normal, a los habitual, a lo estándar... Se que nunca seré feliz con un trabajo normal, se que ni cien mujeres "ideales" podrían compensar un sólo beso de una chica especial. Ese es el problema, no me quedaré tranquilo en ninguna etapa de esta montaña. Cada vez querré más y más altura... No escalo buscando buenas vistas, ni una cueva cómoda, ni tan siquiera busco llegar a la cima de las montañas...la única razón para ir a esa cima es... ¡ que está más cerca de las estrellas !

Por eso, tras tantos meses escalando sin ni tan siquiera mirarme las manos, el viernes me asusté... Tengo manos, y puedo caer... No tengo un campamento, ni una cueva...sólo tengo sensaciones, buenas vistas...y el viento acariciándome la cara.

Y con esto sólo digo el 10% de lo que siento respecto al tema, no por ocultar nada, sino por incapacidad de transformar estas sensaciones a letras.



3 comentarios:

  1. y una vez más te metes en mi mente. Nuestro mundo está lleno de casualidades.

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  2. pero querer más y más y más, es la única forma de avanzar, aunque no sepas muy bien lo que quieres, ni si lo conseguirás...

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  3. @Phoenix: un mundo genial... al que a veces me tengo que parar para mirar

    @Chica del los asteriscos: quiero quiero quiero, salto salto salto : )

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